23.11.06

Esta mañana cuando me he despertado deseaba, más que nada, besarte. Deseaba un beso suave, húmedo, escurridizo, lento, largo, tierno, loco, profundo, ocioso, lleno de deseo. No estaría mal que se prolongara durante algunos minutos, o algunas horas, o tal vez toda una noche. No estaría mal que escapara de las comisuras de los labios y se aventurara a descubrir “el sabor a cubata de ron en tu piel”.
Lo malo de todo es que después de un beso así no podría irme a casa sin más…

¡Y eso es lo que quiero besos, q todas las mañanas me despierten besos…!

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