21.12.06

Esta tarde he estado tomando un té con un amigo muy especial, estábamos intentando arreglar nuestros mundos interiores, y me ha recomendado leer un párrafo de un libro, y la verdad es que me viene al pelo, así que no podía dejar de ponerlo (Extraído de Brida, de Paulo Coelho):
“ ¿Qué es la otra parte?[…] Somos eternos, porque somos manifestaciones de Dios. Por eso pasamos por muchas vidas y por muchas muertes, saliendo de un punto que nadie sabe y dirigiéndonos a otro que tampoco conocemos. El hecho es que esto sucede, y cuando las personas piensan en la reencarnación, siempre se enfrentan con una pregunta muy difícil: si en el comienzo existían tan pocos seres humanos sobre la faz de la Tierra, y hoy existen tantos, ¿de donde vienen esas nuevas almas?
La respuesta es simple. En ciertas reencarnaciones, nos dividimos. Así como los cristales y las estrellas, así como las células y las plantas, también nuestras almas se dividen.
Nuestra alma se transforma en dos, estas nuevas almas se transforman en otras dos, y así en algunas generaciones, estamos esparcidos por buena parte de la Tierra.
Así como nos dividimos, también nos reencontramos, y este reencuentro se llama Amor. Porque cuando un alma se divide, siempre se divide en una parte masculina y una femenina. (Imagina una baraja) son muchas cartas, pero forman parte de una misma baraja. Para entender su mensaje las necesitamos todas, todas son igualmente importantes. Así también son las almas. Los seres humanos están todos interligados.
En cada vida tenemos una misteriosa obligación de reencontrar, por lo menos, una de esas otras partes.
¿Podemos encontrar más de una parte en cada vida?
Sí, y cuando esto sucede, el corazón queda dividido y el resultado es dolor y sufrimiento. Podemos encontrar tres o cuatro partes porque somos muchos y estamos muy dispersos….”
Bueno, en primer lugar no creo en lo de la reencarnación y todas esas cosas, pero de todas formas, si esto fuera así, se me cae al traste la teoría, ya que… ¿Por qué debería de sufrir un alma que se reencontrase con más de una de sus otras partes, si son parte todas de un mismo alma original de partida?
Y sin embargo se sufre, y se sufre porque nos han vendido la moto, no existen las medias naranjas, sino las naranjas enteras que “comparten y no se parten”. Y en medio de todo un universo lleno de naranjas rodando por ahí, hay algunas que nos gustan mucho y algunas que no nos gustan nada, pero hay unas pocas, muy pocas, que nos encantan, esas que no se presentan todos los días, esas que tienen un algo, un dulzor especial y nos morimos por degustar, y con las que a lo largo de tu vida te vas tropezando, con las que compartes cosas, y un día las miras y descubres que tu perfecto universo naranjil termina rodando y se viene abajo frente a una simple sonrisa, y te cuestionas tu relación, te cuestionas el sentido de la vida, o el sinsentido de la vida y te cuestionas hacia donde te esta llevando tu corazón, porque el mundo esta llenico de gente maravillosa y de hormonas flotantes frente a las que la razón no sabe como luchar. El ser humano es una especie animal más, por mucho que intentemos disimularlo usando cubiertos y lavándonos los dientes, y la mayoría de las especies animales son polígamas por instinto. Así que nos empeñamos es ser infieles a nuestros propios orígenes y terminamos engañándonos tan solo a nosotros mismos.

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