21.8.07

totalmente identificada con....

Gracias por mandarme tus "correos personales" sin falta todas las semanas, por estar ahi, por dejarme copiar y pegar esto en mi blog, y por hacerme reflexionar, una vez más...
Estoy totalmente enganchada al "correo personal", ¡no dejes de escribirlos! y gracias por dedicarme este!
(Lo iba a recortar un poquito, pero creo que merece la pena que se quede intacto)
Un besote
Este correo va dedicado a la persona más maravillosa de todas las que se encuentran en el país del té a las cinco

Lunes, 20 de agosto de 2007

Me he tirado casi tres días encerrado solo conmigo mismo; sin mensajes, sin teléfono móvil y sin teléfono fijo, solo yo y mi soledad. Me ha servido para encontrar el motivo por el que este verano estaba más raro que un perro verde. Han sido tres días intensos de prospección interior y poner fin a esta situación que no me dejaba vivir en mi.

Ahora, toca la parte de las confesiones. Me sentía solo, inmensamente solo, y no importaba que realmente estuviera solo o que estuviera en medio de la multitud. Sé que motivos para pensar esto no tenía, pero realmente es como me sentía. Pero hilando más fino, me di cuenta que no sé porque narices, había intentado tomar una responsabilidad que no me pertenecía, una madurez de la que carezco, un rumbo en mi vida que no lleva y una serie de cosas más que no me definen como yo particular. Creí, tonta e inconscientemente que debía definir el camino que dirige mi vida y tener claros una serie de ideas que nunca he tenido claro. A lo mejor pensé, por un momento, que el hecho de tener 33 años implica tener más capacidad de raciocinio. Que equivocado que estaba. Tan solo he tardado 2 meses en darme cuenta de lo que realmente me pasaba, casi se me va el verano en ello.

Ahora que he descubierto la causa de lo que me intranquilizaba me he quedado más relajado y me he dado cuenta de que equivocado estaba.

Yo no quiero saber que quiero ser de mayor. Sé que mi vida tiene un rumbo y una dirección que no coincide con la que toma la mayoría de la gente, pero eso es lo que me hace ser diferente.

En este alegato en contra esta auto madurez impuesta que no tengo ni quiero tener, reivindico todas mis inseguridades, a las que quería enmascarar de seguridad y madurez.

Reconozco que:

No sé que quiero ser de mayor. Hay días que me da miedo que el tiempo siga pasando y seguir sin saber a donde dirigir mi vida pero, al mismo tiempo, ese no saber hacía donde me lleva la vida es lo que me obliga a levantarme por las mañanas para ver, con ilusión, que me depara el nuevo día.

Que me gusta llorar con determinadas canciones, sobre todo si ya ha anochecido, estoy solo en casa y es sábado.

Que me da miedo enamorarme aunque eso no me impida seguir soñando con cuentos de hadas y con príncipes a lomos de corceles blancos.

Que soy capaz de enamorarme más de cien veces al día ya sea de una mirada, de una sonrisa, de una voz, de una postura, de un gesto o de una forma de andar.

Que me encanta cuando mi perra me echa de menos, me abraza y me pone el cuello para que le de besicos. Me encanta darle besicos en cuello aunque la mayoría piense que eso es una guarrada. M pasaría horas y horas acariciándola sin cansarme mientras con sus ojitos entiende perfectamente que siento en cada momento. (Creo que en eso de los lametones es lo unico en lo que no estoy de acuerdo..)

Que aunque quiero ser maduro y que me consideren como un adulto responsable, me encanta cuando vuelvo a casa, después de un cierto tiempo sin vernos, y me tratan como el niño que nunca ha dejado de ser, aún a sabiendas que para mis padres nunca pasaré de los dieciocho y nunca me verán como la persona de treinta y tres años que tengo. Me gusta que me malcríen.

Que en mi vena de vanidad, me gusta y supone una inyección de mi ego, cuando algún chico o chica por al calle se giran para mirarme.

Que me encanta que un desconocido me regale un abrazo, un beso o, algo más, que me haga soñar por un momento que vivo una historia distinta de las historias normales.

Que tengo muchos miedos, muchas dudas y muchas inseguridades que, en la mayoría de las ocasiones, no manifieste por no mostrarme débil.

Que me encantan los días de lluvia paseando por la orilla de la playa.

Que, en ocasiones, me aterra la soledad.

Que me gusta soñar de día e imaginar situaciones que solo se van a dar en mi mente pero, que aún a sabiendas que son irreales, me permiten volar a otros mundos y a otras vidas.

Que echo de menos el tener a alguien a mi lado.

Que no me gustaría acabar mi vida solo, rodeado de gatos y que un día fueran estos los que acabaran devorándome.

Que me dan miedo los cambios.

Que tengo miedo de la enfermedad.

Que, a veces, me da miedo el miedo.

Desde aquí reivindico mi derecho a ser imperfecto, a tener mis miedos, a tener mis inseguridades, a no saber lo que quiero, y en definitiva a vivir. Pero, una cosa siempre he tenido clara, que aunque sean malos momentos, no dejar de caminar, seguir caminado. Si hay alguna parada que sea para elegir que desvío escoger pero nunca pararse por pararse. Con todo esto simplemente, me demuestro a mi mismo que soy como soy, y en el momento en que intente cambiar algo de mi esencia, entonces, estaremos hablando de otra persona pero no de mi.

1 comentario:

pez de ciudad dijo...

Bonito correo e interesante blog, con tu permiso te añado a mis enlaces, ah y enhorabuena por lo de ser tía.

Un saludo