6.10.06

Abre los ojos, abre los ojos, abre los ojos....


Desde hace un par de días han llegado esas mañanas en las que no solo cuesta más despertar, sino también salir de la cama. Refresca, y te medio despiertas envuelto en el edredón, y te das cuenta de que no son brazos lo que te envuelve, pero deseas seguir soñando un poquito más… imaginas que en vez del frío en la cara, te hubieran despertado miles de minusculos besitos desordenados por toda la cara, en el pelo, por las sienes, en los pómulos, en las comisuras de los labios, por los párpados y desde luego por el cuello. Son tan chiquitos que ni los notas, imperceptibles caricias que te van haciendo reaccionar pero muy lentamente, no puedes ni abrir los ojos, pero no puedes evitar un ligero ronroneo. El edredón se convierte en miles de tentáculos que te atrapan en un gigantesco abrazo de calor, y entonces …entonces suena el puto despertador, y no son dulces palabras ni mordisquitos en las orejas precisamente, y vuelves a la realidad y descubres que es un día normal entre lunes y viernes, y que no te puedes permitir quedarte un poquito más acurrucada…. Pufffff!
¡Menos mal que existe la ducha!
¡Buenos días!

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