25.10.06



Tengo un termómetro bastante peculiar, esta lleno de bolitas de colores que ascienden y descienden según la temperatura en base a la densidad del líquido que contienen. Ayer precisamente cumplió un año, fue un regalo de cumpleaños que me hicieron dos amigos. Me he pasado 365 observando esas bolas ascender y descender, cuando me lo regalaron, todas estaban arriba, llegaba el frío, y salvo algún despiste cuando encendía la calefacción en mi cuarto, se pasaron así meses, tantos, que casi llegué a dudar de si realmente funcionaba. Con la llegada de la primavera, una tarde después de comer me encontré con que una de ellas se había atrevido a descolgarse del grupo y amenazaba con descender, de pronto, cuando llegó el verano, se empeñaron en quedarse eternamente en el fondo y parecía que se había roto de nuevo. La verdad es que este termómetro es un aburrimiento durante más de 8 meses al año, donde o está arriba o abajo, pero sin término medio. Y ayer precisamente todas las bolas ascendieron en estampida por primera vez desde su descenso primaveral, como queriendo darme a entender que se me acabaron los helados, la playa, el rayito de sol picando en mi cara por las mañanas, la ropa corta, las noches largas….
Se aproxima el frío, amenaza su presencia lenta, pero implacablemente…ascienden las bolitas de mi termómetro al ritmo que desciende mi estado de ánimo un ritmo vertiginoso. SOS!

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