Hace algo más de un año me detectaron un bulto en el pecho. Creo que fueron los peores meses de mi vida, me replantee todo, y al final, afortunadamente, no fue nada, un fibroadenoma, o algo así.
El miércoles, mientras me duchaba, se volvió a repetir una vez más la misma historia, así que aquí estoy, rodeada de miedo y de incertidumbre, porque es semana santa y hasta el lunes no iré al médico, y me mandarán una ecografía que puede que no me hagan hasta el miércoles, porque el martes también es fiesta, y se habrá pasado una semana entera sin saber nada.
Y solo lo sabe Carlos, porque si lo digo en mi casa en voz alta va a ser peor, porque me van a poner la cabeza loca, con lo que tengo y lo que no tengo que hacer, y los tipicos ejemplos que mira-la-no-se-quien que tanto detesto. Por otro lado me encantaría desahogarme, pero no quiero que esto se convierta en realidad, a veces las cosas, mientras que no las decimos, dejan de existir por un tiempo.
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